Regálame mil flores
en mil días y susúrrame
palabras al oído.
Pero no digas que me quieres.
Bésame con locura
en la boca, en el cuello,
en los senos.
Pero no digas que me quieres.
Disfruta del incendio
de mi piel, húndete en mi cuerpo
con furor o suavidad,
Pero no digas que me quieres.
Después, acuérdate de éste fuego.
Y si regresas...trae contigo
tu vida y tu sonrisa.
Pero no digas que me quieres.
Porque no podrás… romperme el corazón.
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2 comentarios:
Sensibilidad, sensualidad, ternura, pasión....y un cierto miedo al desamor. Todo eso contiene ese poema tuyo, espontáneo y hermoso. Besos y feliz año,lleno de nuevos poemas...
el gran tacto de expresar con palabraslo que a veces no se puede explicar ,,, muy bonito
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