miércoles, 14 de enero de 2009

EL POEMA

La luz de tus ojos llena los míos, siento su calor dentro de mí.
Dolor y amor se pasean juntos por la oscuridad.

Ahora, tú ves. Ves silencio en los ojos y palabras en las manos. Los ojos los tengo abiertos, los puños, cerrados.

La luz de tus ojos me acompaña, derrite la estatua de sal que me cubre, cierras mis ojos al dolor, acaricias mis manos.

No miraré la sal del pasado, se perderá con la arena del mar y, en polvo convertida, regresará a las playas del tiempo.

La luz de tus ojos abre mis manos, tu boca recoge mis palabras y oigo por primera vez lo que, en silencio, guardé.



Nota: este poema es de los primeros que cree y le tengo un cariño especial.

1 comentario:

Begoña Iranzo dijo...

Entiendo que sea especial para tí, me ha gustado mucho, sobre todo el último párrafo:
"La luz de tus ojos abre mis manos.
Tu boca recoge mis palabras.
Y oigo por primera vez
lo que en silencio guardé."
Begoña Iranzo