martes, 3 de marzo de 2009

"LOS CHICOS ESTÁN BIEN", un poema de Manuel Vilas, de su poemario último: "CALOR"

El 5 de enero me fuí a Barcelona, desde Barbastro, donde estaba helando. En Barcelona no sólo no helaba, sino que me di un baño en la Barceloneta, porque había 17 grados a la una del mediodía. Adoro Barcelona. Me gusta su luz y siempre hace calor. Un chico negro se bañó a mi lado. Siempre que hago algo memorable miro a mi lado y hay un chico negro o un chico chino. Nos reímos juntos entre las olas. Me había olvidado del bañador. Ninguno tenía frío. Ninguno tenía bañador. Desnudos entre las olas, nadando y olvidando el frío. Luego me comí un arroz caldoso con Bogavante y me bebí una botella de Miserere y ya me fuí a comprar cedés de los Who, que es lo que más me gusta: encontrar cedés y deuvedés y libros de los Who y comprarlo todo. Todas las versiones de "The Kids Are Alright", esa canción siempre. Barcelona parecía la Quinta Avenida. A doscientos kilómetros de la Quinta Avenida hay pueblos aragoneses llenos de niebla, llenos de nadie. Qué contraste. Qué salvajada. España es así, pero a mí ya qué puede importarme eso, porque yo estoy bien, sí, yo estoy OK. La verdad es que nos va muy OK. Siempre fuí inocente. Soy inocencia. Tengo suerte. Mis chicos tienen suerte. Mis chicos son dichosos. Mis chicos negros están bien, comen y aman todos los días y no votan cada cuatro años porque no creen en eso. Respiran, viven y mueren y eso es todo. Este 2007 es bueno, sí, ya lo está siendo. Si quieres puedes bailar con mi chica, no me importa. Quédatela. Tened hijos, casaos, fundad una casa, una empresa, sed dichosos. ¿Cómo va importarme que hagas el amor con mi chica si ella es feliz y tú eres bueno? Ningún problema en eso. No quiero leyes. Mis chicos chinos también están bien. Trabajan duro y sonríen por nada. Van en sus motos rojas recorriendo la ciudad, con el arroz tres delicias metido en envases de plástico. Sus sueldos son miseria, pero ellos están bien, porque la vida es así. La vida está bien. La vida siempre estuvo OK. Y a mí me gustan esas motos llenas de ruidos. Y también me gusta el vino tinto caro, "expensive red wine" dice la canción. Bueno, es mi manera de desearte un feliz 2007. Quiero besarte. Quiero quedar contigo a las tres a la tarde, pronto, pronto y estar contigo paseando por el mundo a las seis de la madrugada, tarde, tarde. Quiero casarme contigo y que vengan a la boda todos los chicos, porque esos chicos son buenos. No me he ido todavía. Es 2007 y no me he ido. No me pienso ir. Creo que no me moriré nunca, de verdad, tío, nunca. Mira a mis chicos, ellos están bien. Las campanas están sonando, hay una fiesta en alguna parte. Después de beber y de bailar, sí, tío, nos bañaremos y veremos la salida del sol. Nadaremos hasta allá lejos, y no moriremos ahogados, porque somos buenos, somos chicos buenos. No puedo perderme ni una sola fiesta. No les des a mis chicos trabajos que desesperan y hunden. No les des a mis chicos urnas con vuestro nombre dentro. No te metas en la vida de mis chicos, porque ya suenan todas las campanas del futuro.
Me encanta este poema, entre muchos otros, de Manuel Vilas, porque está lleno de aliento, de vida nueva.
Especialmente para mi compañero de curso y amigo Fernando Lázaro. Por una pronta y feliz recuperación.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este poema también me encanta, es deslumbrante y te remueve algo por dentro con la misma cuchara con la que el Rey de los Negros de García Lorca, azotaba en la boca a los cocodrilos. Fantástico libro, me sigue gustando más Resurrección pero todo llega.

Doberka dijo...

Ya sabes Pascual, que a mí de Vilas... me gusta todo, jejeje.

Besos

anhelo.graphicdesign dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
anhelo.graphicdesign dijo...

que tendra vilas... que te enseña partes de la poesia perdida.